Proteger la nada
Menudo despropósito la decisión del Parlamento Francés de consagrar como derecho fundamental al aborto siendo éste, tan solo, el final dramático de una vida humana incipiente e indefensa. Estoy convencida que en un futuro, no muy lejano, las siguientes generaciones se llevarán las manos a la cabeza ante semejante tropelía contra la ecología humana. Una medida tan eugenésica- llamemos a las cosas por su nombre- como el que algunos seres vivos puedan decidir acerca de la existencia de otros. No sé que es peor, la ceguera de los políticos responsables- desvergonzados y cobardes-, la aberración jurídica que esconde llamar derecho al atropello del inocente, la desesperación o debilidad de una madre que quiere creer que el latido de sus entrañas no es tal o la evasiva por parte del médico a la posibilidad de acceder a ese sonido- un grito silencioso- que puede salvarlos a ambos. Necesariamente nuestra sociedad se ha vuelto de revés. La vida se mira con sospecha y miedo y la muer